Al centro norte de la gran República de México, entre los estados de Durango, Coahuila y Chihuahua se encuentra el Bolsón de Mapimí, y en las ultimas décadas este lugar se ha vuelto reconocido por “La Zona del Silencio” que es, además de uno de los desiertos más crueles, también se cree es uno de los campos magnéticos más fuertes en el planeta.
Este es uno de los lugares de nuestra Tierra, que hace honor a su nombre, pues porque además de ser un desierto en el que muy pocas especies habitan, también suceden cosas o fenómenos naturales que rondan el lugar, y hacen de éste otro bello y misterioso paraje del Planeta Tierra con muchos testimonios sobre él.
En el llamado Vértice de Trino, entre el paralelo 26 y 28 se encuentra este curiosos lugar, y su primer reporte data en el año 1930, cuando un piloto mexicano llamado Francisco Saravia sobrevolándolo reportó que su radio se distorsionaba o no sonaba en algunas zonas del místico lugar; su brújula dejó de funcionar o giraba sin parar, pues no localizaba el norte magnético de la Tierra. Estos son fenómenos que podemos encontrar también en otros lugares de nuestro mundo, el Triángulo de Las Bermudas y otros famosos como Las Pirámides de Egipto, las Ciudades Sagradas del Tíbet y Cabo Cañaveral. Los fenómenos comparativos son muy similares y todos ellos tienen una teoría en común, y es que se dicen poseen fuerzas magnéticas más acentuadas que de lo normal, provocando fallas en instrumentos de navegación, radios y otros. Otro dato que se cree sobre La Zona del Silencio, es que según se dice, hay probabilidades de que exactamente al otro lado del mundo cerca de Nepal o el Tíbet, hubo un lugar similar a éste, formándose así otros polos magnéticos en la Tierra donde se concentraba su energía.
Actualmente muchas especies de animales viven allí: tortugas, serpientes, lagartijas y otros reptiles capaces de tolerar estas temperaturas mortales, además de mamíferos que se han adaptado a su calor, como liebres, conejos, coyotes, ratas y otras. Su flora está limitada a nopales, yucas, zonas de pastizales y otras especies más. Este paraje desértico también estuvo bajo las aguas marinas, y esto se determina por fósiles marinos encontrados en el lugar, y el cual era conocido como Mar de Thetis.
También se habla de una gran concentración de hierro, que se especula se deben a una gran cantidad de meteoritos que impactaron el lugar constantemente, por lo que se cree es uno de los motivos que ayudan al mal funcionamiento de los aparatos de navegación: brújulas y radios no responden del todo.
En 1970 la cápsula del cohete norteamericano Athena se desplomó a escasos kilómetros de la Zona del Silencio. Los pobladores contaban cómo vieron caer una bola de fuego desde el cielo. Muchos creyeron que las profecías bíblicas del Apocalipsis se estaban cumpliendo mientras que otros juraban que era una invasión extraterrestre. Los científicos de la NASA finalmente afirmaron que la caída se debió a una causa sin explicación, lo cual avivó las teorías de misterio sobre la zona. Debido a lo árido del lugar y a las altas temperaturas en verano y gélidas en invierno, el área tiene muy pocos habitantes y el mayor asentamiento humano es Ceballos, en donde se registra un poco más de actividad pues se produce sal.
En 1978, el gobierno mexicano declaró la zona como la Reserva de la Biósfera de Mapimí. Gracias a eso fue puesta a salvo la gran tortuga del desierto, en peligro de extinción. El nombramiento fue auspiciado por el programa “El Hombre y la Biósfera” de la UNESCO, el Instituto de Ecología, el CONACYT y los pequeños propietarios y ejidatarios locales, quienes donaron el terreno.
A la Zona del Silencio llegan habitualmente grupos de científicos de Francia, Estados Unidos, Holanda y Rusia para participar en investigaciones y experimentos.
Les dejamos un video revelador de la zona, la cual fue explorada por los magistralmente conocidos investigadores del misterio: J.J. Benitez y el Dr. Jimenez del Oso.
