Al ser Roșia Montană una región minera, a lo largo de los años se han desenterrado en ella varios interesantes descubrimientos: siendo el más interesante de todos ellos el de un esqueleto de 10 metros (32,8 pies) de estatura hallado en el año 1976.
Hace unos 5.500 años, los Agathyrsi construyeron una galería subterránea en esta región. En febrero del 2012, un grupo de geólogos estaba excavando en busca de una veta de oro en esta misma zona. Continuaron cavando hasta que acabaron topándose con el suelo de esta galería. Para su gran sorpresa, encontraron una piedra sepulcral que definitivamente se salía de lo común. Los geólogos tomaron una muestra de esta piedra, y los resultados de laboratorio revelaron que sus componentes incluían un 55% de polvo de oro de 24 quilates, un 15% de polvo de granito y un 30% de wolframio. Además los análisis revelaron que esta roca compuesta había sido fabricada mediante algún tipo de tecnología desconocida a día de hoy.
La Galería Hiperbórea
Conocida por el nombre de “Galería Hiperbórea” o “Galería 13”, el lugar en el que se realizó este asombroso descubrimiento se encuentra bajo la pequeña población de Cornea. En 1976 se llevaron a cabo también otros descubrimientos diversos en el lugar. No obstante, en nombre de la “seguridad”, estos descubrimientos antropológicos y arqueológicos fueron considerados demasiado poco comunes y chocantes para la época, de modo que la galería fue sellada permanentemente.
La piedra del sepulcro no fue el único elemento poco común hallado en el interior de esta galería. Sobre ella, los arqueólogos encontraron el esqueleto de un gigante de unos 10 metros (32,8 pies) de estatura. Al parecer, el gigante había sido enterrado allí tras su muerte, con sus piernas recogidas a un lado. Careciendo del equipo adecuado necesario para analizar un descubrimiento como éste, el esqueleto fue enviado a Moscú. Por desgracia, nada se ha sabido de los huesos de este gigante desde entonces.
Descubrimiento del esqueleto que medía 10 metros (32,8 pies) de estatura.
En cuanto a la piedra de la sepultura, se decidió analizarla mediante una nueva serie de investigaciones en el año 2012. La reliquia fue desenterrada de nuevo y las mediciones demostraron que medía seis metros (19,7 pies) de ancho, doce metros (39,4 pies) de largo y tres metros (9,8 pies) de alto. Pesaba casi 1.700 toneladas y contenía en su interior unas 900 toneladas de oro puro. Para hacernos una idea, dicha cantidad de oro habría requerido más de veinte años de trabajo de minería o bateo. Lo último que se supo de esta enorme piedra fue que había sido cortada en 80 pedazos más pequeños a fin de posibilitar su transporte. En cuanto a su destino, se desconoce a dónde fueron a parar.
Uno de los arqueólogos que trabajó en la Galería 13 tomó una serie de fotos de la piedra del sepulcro y se las envió a un paleolingüista. Éste observó una inscripción en bajorrelieve de color verde esmeralda que cubría toda la superficie de la enorme losa. El texto había sido escrito en tres líneas paralelas que empezaban en su esquina superior izquierda. Desde ahí, la inscripción descendía en diagonal, de forma similar a una serpiente, y describía una espiral en torno a la cabeza de un lobo. Finalmente, el texto acababa en la esquina inferior derecha. El paleolingüista especulaba con la posibilidad de que esta escritura desconocida pudiera ser Pelasgo, y opinaba asimismo que el descubrimiento, con sus grabados e inscripciones, poseía claramente un gran valor histórico y cultural. Aún así, la piedra fue cortada en pedazos y fundida. El estado obtuvo un porcentaje de estas 19 piezas, el 31% como estaba estipulado en el contrato de explotación de oro de la zona.
En el transcurso de las excavaciones, el izado de la piedra del sepulcro también reveló la entrada a un subterráneo. La fosa, de cuatro metros (13,1 pies) de diámetro, presentaba una escalera descendente en espiral, y de su interior llegaba una luz lechosa de color violeta. Una inspección más cuidadosa de los escalones permitió apreciar claramente que parecía como si hubieran sido cortados en las propias paredes de la fosa con un láser. En cuanto a la luz violeta, nadie supo determinar su origen.
Sintiendo curiosidad por descubrir el origen de esta luz y ver lo que había en el interior del subterráneo, el paleolingüista bajó por las escaleras, pero nadie fue lo suficientemente valiente como para unirse a él. La noche pasó y el hombre jamás regresó.
Finalmente, el ejército selló con cemento la entrada al subterráneo, junto con la Galería 13 en su totalidad. Los presentes jamás volvieron a hablar acerca de estos descubrimientos, ya que se les obligó a firmar acuerdos de confidencialidad, por lo que lo que pueda haber en el subterráneo al que llevaban las escaleras continúa siendo un misterio a día de hoy.
Leyendas rumanas de gigantes
Dependiendo de la región de Rumanía de la que proceda la leyenda, se llama de diferentes formas a los gigantes. En los alrededores de Boziorul, por ejemplo, los gigantes son conocidos como “tártaros” (“tartari”). Se han hallado varios esqueletos de estatura anormalmente alta en Scaieni, junto a los montes Buzaului. En cierta ocasión, cuando unos campesinos intentaban plantar manzanos en una colina, descubrieron por casualidad esqueletos humanoides de más de 2,40 metros (8,2 pies) de altura, junto con algunos fragmentos de cerámica.
Vista de los Montes Buzaului. (Public Domain)
Conocedores de las leyendas de la zona, las gentes de la región pensaron inmediatamente en los tártaros. Una de estas leyendas llega incluso a afirmar que la formación montañosa conocida como los “Pilares de Tainita” (“Stalpii Tainitei”) había sido construida realmente por estos gigantes de tiempos remotos. En el pasado, también se creía que los gigantes habían construido dos grandes salas subterráneas en algún lugar bajo las montañas.
La extraña formación que puede verse en los Pilares de Tainita recuerda a un conjunto de sillas de piedra. Al encontrarse a una elevad altitud y en una zona de muy difícil acceso, las gentes del lugar creyeron que fueron los tártaros quienes construyeron estas sillas para poder tomar asiento cuando se reunieran para celebrar un consejo.
Representación artística de un gigante rumano. (The Incredibly Long Journey)
Otra leyenda del País de Hațeg (“Tara Hategului”), cuenta la historia de dos gigantas que construyeron sendas ciudades: una en Deva y la otra en el pico de la Montaña Cortada (“Muntele Retezat”), respectivamente. Estaban acabando de construirlas, cuando la giganta de Deva contempló la ciudad de su rival, y al ver que le había quedado más hermosa, sintió envidia. En un arrebato de ira, arrojó un arado en dirección a la ciudadela de la montaña, destruyéndo la ciudad y cortando la cima de la montaña a un tiempo. De este modo, la montaña se ganó su nombre, siendo conocida desde entonces como la Montaña Cortada.
Los Montes Retezat, vistos desde la cima de uno de ellos (Vârfu Mare, "El Pico Alto"). (Public Domain)
En regiones como Teleorman, Giurgiu y sur de Muntenia, los gigantes son conocidos como “jidovi”. Una leyenda local narra la historia de un héroe de nombre Novac que luchó con un jidov. Una vez derrotado, el gigante escapó para salvar su vida, pero en su huida dejó una marca en el suelo. El lugar fue conocido desde entonces como “Brazda lui Novac”. En la región hay también otras formaciones llamadas “maguri” por las gentes del lugar, y que se cree igualmente que fueron construidas por gigantes.
Gigantes descubiertos en Rumanía
En Giurgiu se han realizado también diversos hallazgos arqueológicos. Por ejemplo, se descubrió que la antigua ciudad de Argedava fue la primera capital del rey Burebista antes de que este soberano unificara a las tribus dacias de la zona. Pero se llevó a cabo un descubrimiento aún más interesante en esta región en los años 40. En esta década, los arqueólogos desenterraron hasta 80 esqueletos humanoides que parecían ser de gigantes. Estos enormes esqueletos medían entre cuatro y cinco metros (13-16 pies) de altura.
Se han hallado más esqueletos de gigantes en otros lugares del país. Por ejemplo, en octubre del 1989 se encontraron 20 esqueletos gigantes en Pantelimon – Lebada.
Escultura de la pierna de un gigante tallada en una pared rocosa de Corbii din Piatra, Rumanía. (Nicubunu/CC BY SA 3.0)
Se han desenterrado otros hallazgos similares en Polovragi, en Cetateni bajo el Monasterio de Negru Voda y en los Montes Bucegi, en los que los obreros quedaron sorprendidos al descubrir la existencia de una antigua red de túneles en el subsuelo.
Los túneles ocultos en las entrañas de los Montes Bucegi
Así pues, se han descubierto esqueletos de gigantes en numerosos puntos de Rumanía. Por citar solo algunos, se han encontrado gigantes en: Scaieni (condado de Buzau), Mariuta (condado de Calarasi), los montes Perșani, Polovragi, Piatra Craiului, Tara Hategului, Cetateni bajo el Monasterio de Negru Voda, y en muchos otros lugares.
En Maramures se cree que la Fortaleza de Oncesti (“Cetatea de la Oncesti”) albergaba gigantes. En Argedava se encontraron 80 tumbas con restos de gigantes de una altura superior a los cinco metros (16 pies).
A pesar de que la mayor parte de ellos se “perdieron” repentinamente poco después de haber sido descubiertos, se han continuado desenterrando durante años misteriosos esqueletos de gigantes en Rumanía. ancient-origins