México, D.F. Los científicos tienen un especial interés por conocer el origen de la vida y uno de los grandes proyectos para lograrlo es el Gran Colisionador de Hadrones (LHC por sus siglas en inglés). Construido por una gama de investigadores de diferentes nacionalidades, también cuenta con la colaboración de México, ya que un equipo multidisciplinario creo ACORDE, el primer detector de rayos cósmicos cien por ciento nacional.
“Por primera vez un grupo mexicano tuvo bajo su responsabilidad crear un detector de rayos cósmicos completo”, expuso el doctor Sergio Vergara Limón, investigador de la Benemérita Universidad de Puebla (BUAP), uno de los responsables de la electrónica y mantenimiento de ese sistema desde 2007.
El doctor en optoelectrónica por la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la BUAP señala que ACORDE fue diseñado por la UNAM, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN, la Universidad Autónoma de Sinaloa y la BUAP.
ALICE (A Large Ion Collider Experiment) cuenta con 20 detectores de partículas (uno de ellos es el ACORDE) y está instalado en el LHC de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN). Tiene la función de caracterizar otros detectores y desarrollar experimentos de física de altas energías con rayos cósmicos al registrar el paso de estos.
El doctor Arturo Fernández Téllez de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (FCFM) de la BUAP invitó a Vergara Limón a participar en el proyecto e implementar sus conocimientos de electrónica para acoplar el detector a los estándares y exigencias de la investigación. Actualmente da mantenimiento y es responsable de las modificaciones requeridas.
“ACORDE es tan grande que todo cambia muy rápido y se necesita modificar la electrónica para cumplir con las necesidades. Los que colaboramos nos tenemos que mantener a la vanguardia tecnológica a fin de solucionar los problemas que se presenten en estos retos científicos”, precisa Vergara Limón.
El Gran Colisionador de Hadrones es un programa específico con cinco experimentos, uno de ellos es ALICE que está conformado por varios instrumentos de detección. “Es como una cebolla, tiene un detector adentro, uno afuera y otro más, ACORDE esta hasta arriba”, comenta el investigador.
Agrega que el experimento es importante porque en el universo pasan fenómenos naturales que todavía no pueden explicarse y que con el detector de rayos cósmicos es posible conocer estos fenómenos y realizar estudios en física.
“Existen partículas que vienen del espacio exterior, interactúan con la atmosfera y producen chubascos. Cuando llegan a la Tierra son inofensivas pero ingresan con tanta energía que penetran hasta 30 metros bajo tierra cuando deberían desaparecer”, refiere Vergara Limón.
La ciencia aún desconoce qué las produce, por eso se realizan experimentos que detecten de dónde vienen y qué las genera. Esto es aparte del trabajo que hace ACORDE.
En los próximos años el LHC implementará una mejora, le modificaran varios detectores que buscaran medir con exactitud, rapidez y mayor calidad los datos, lo que reactivará el proyecto ocho años más de lo planeado.
En este parámetro, la BUAP con la investigación “Estudios sobre colisiones hadrones-iones pesados y detección de astro-partículas en el experimento ALICE-LHC del CERN” dará actualización a ACORDE, la cual consiste en el desarrollo de un sistema que permite registrar la carga eléctrica depositada por las partículas captadas por los detectores del sistema.
En esta nueva etapa también se dará mantenimiento a un subsistema a cargo del grupo mexicano: el ADD (Alice Diffractive Detector), el cual proveerá señales de disparo que permitan estudiar fenómenos difractivos en este experimento. jornada-unam