El incidente:
En 1959 en el Montes Urales, un grupo de expedición liderado por Igor Dyatlov intentó escalar el Monte Otorten (que significa el monte de “no vayas allí”). El equipo tuvo que variar su ruta marcada por una fuerte ventisca. Lo que vivieron aquella noche fue un horror, puesto que se encontraron sus cadáveres con fuertes niveles de radiación, golpes de enorme magnitud y con extracciones de órganos como por ejemplo ojos y lengua. De hecho se vieron varias luces en forma de esfera muy luminosas sobrevolando la zona ,¿Qué fue lo que les atacó a los jóvenes excursionistas?
Julio 2016: Según Yuri Kuntsévich, director del fondo en memoria del llamado «grupo de Dyatlov», citado por la agencia TASS, se ha revelado que dos miembros del grupo eran agentes de la KGB, lo que hace suponer que se encontraban en una misión para supervisar un experimento secreto. Kuntsévich señala que el grupo de excursionistas llevaba un pesado equipo fotográfico, un equipaje incongruente para una expedición que en principio subía a una montaña para practicar el esquí. Otro dato que corroboraría la versión de Kuntsévich es que, según afirma, los montañistas debían llegar a la cima del monte Otorten a una hora concreta, por lo que partieron sin mucha carga después del almuerzo tras esconder toda la comida. «Lo más probable es que los excursionistas llegaran a su destino y esperaran que ocurriera el fenómeno que, al parecer, tenían que captar. Pero el plan no salió tal y como se esperaba, lo que probablemente fue la causa de la muerte del grupo», dijo Kuntsévich. Datos perdidos El director del fondo memorial argumenta también que de los diez carretes fotográficos que llevaban en total los miembros de la expedición solo se encontraron cuatro, y que el destino de los demás es desconocido. «En una de las películas quedaron huellas de un fenómeno no natural, una bola brillante». El cuerpo de uno de los excursionistas, encontrado boca abajo enterrado por la nieve. Además, según afirma Kuntsévich, todos los excursionistas llevaban un diario, de los cuales sobrevivieron solo tres o cuatro. «Todo esto confirma la relación con el KGB: no eran simples turistas, fueron enviados intencionalmente al paso. Esto lo confirma un permiso oficial de viaje del jefe del grupo», dijo.