Los investigadores Theodore Antikas y Laura Wynn-Antikas pueden resolver un antiguo misterio: a quién pertenecen los restos humanos hallados en una tumba real de dos cámaras en la ciudad griega de Vergina. Según ellos, uno de los cadáveres es el del rey macedonio Filipo II, padre de Alejandro Magno.
Su nuevo análisis se basa en parte en las técnicas de tomografía computarizada y la fluorescencia de rayos X e identifica a dos de los ocupantes de la tumba de Vergina como Filipo II y una princesa escita, según un artículo de los científicos publicado en la 'Revista Internacional de Osteoarqueología'.
Los investigadores creen que el esqueleto pertenece a un hombre de unos 40-50 años. Los discos herniados en la espalda baja evidencian que esta persona pasaba mucho tiempo montada sobre el caballo. El crecimiento óseo en los senos faciales podría relacionarse con una vieja lesión en la cara. El cuerpo también cuenta con varios golpes y heridas que el rey macedonio sufrió en numerosas batallas que están bien documentadas.
El segundo esqueleto no es tan completo como el primero, pero las características del cráneo y los huesos largos permiten pensar a los investigadores que pertenece a una mujer de unos 30 años. Los discos del segundo esqueleto también presentan hernias en la parte baja de la espalda, lo que sugiere que la mujer también montaba frecuentemente a caballo. A esto también apunta una fractura de la parte baja de la pierna que se había curado antes de su muerte.
En la tumba hay grebas (la parte de la armadura que cubría desde la rodilla hasta el pie) de diferentes tamaños, lo que da a entender que pertenecían al rey y a la mujer, quien, por su estilo de vida, posesión de armas y edad, podría ser la séptima mujer de Filipo II, hija del rey Ateas de Escitia. RT
