Pachuca, Hidalgo.- ¿Duendes?, ¿dónde?, no hay que ir lejos. En Huasca de Ocampo, a unos 45 kilómetros de Pachuca, se encuentra un lugar que, afirman sus fundadores, es mágico, por la presencia de estos seres.
A este peculiar escenario, en el balneario Barranca Honda, acudió Luis Suárez, el esotérico de las estrellas, para vivir la experiencia de estos seres de luz.
Desde el inicio usted sentirá estar en un lugar fuera de lo común. El camino de tezontle está rodeado por árboles con musgo. Pronto vislumbrará casas de campo sobre amplio y recortado césped.
Librado Lugo, uno de los fundadores de esta singular atracción, platica de experiencias que el raciocinio no puede explicar, pero se sienten y fue uno de los motivos a fin de crear, junto con Cristina Cortés, investigadora del tema de duendes, el museo, rodeado por árboles repletos de musgo.
Guiados por Librado y Cristina, nos llevaron a una cabaña dividida en tres áreas, donde las paredes exhiben las pruebas palpables de la existencia de estos pequeñines del bosque.
Cristina, originaria del Distrito Federal y enamorada de Huasca de Ocampo, desde 1968, indicó a los visitantes que los duendes y duendinas son una manifestación de energía, localizada en la cuarta dimensión.
Y los humanos los hemos denominado de distintas formas: gnomos, fantasmas, brujas, entidades, que toman diferentes aspectos.
Esta ocasión, expresa, son seres de 60 a 70 centímetros, desnudos, se aparecen en cualquier época del año, sin importar el clima, no gustan de la agresión verbal, son fuertes, cuidan su entorno.
¿Cómo lo sabe?, esta recopilación de información empezó en 1999 con base en testimonio de los lugareños. En cifras, destaca que 25 personas los han logrado ver con sombrero de cono y cinco con barba blanca.
Una de las muestras infalibles es observar las crines de los caballos. En este pelaje los duendes y duendinas realizan verdaderas obras de arte, al transformarlo en distintas figuras.
El esotérico de la estrellas opina: "Todos los seres somos conductores de energía, porque ésta en nuestra naturaleza. Es una reacción de causa y efecto. Cristina, una mujer excepcional por ser la misionera en conocer este maravilloso tema".
Además, el misticismo de este sitio se expande, porque se encuentra un árbol llamado "Árbol de los Deseos", un encino con más de 4 mil 500 años de vida, con una altura de 14 metros. Aquí se han desarrollado miles de historias de hadas y duendes.
Cuenta con una enigmática energía que transforma positivamente a los seres humanos que lo visitan.
Para llegar, se debe caminar alrededor de media hora. Esta jornada se verifica en la noche con antorchas, donde usted se desprende de cualquier objeto. La finalidad es sentir esas energías positivas.
"Vivirá, sin lugar a duda, una día mágico", concluye Luis Suárez, quien compartió su sapiencia con los fundadores del Museo de los Duendes.
Fuente : http://www.oem.com.mx/elsoldehidalgo.