Las pirámides de Teotihuacán siempre han sido, y siguen siendo, uno de los grandes misterios de la historia, sobre todo por las incógnitas de cómo se consiguieron construir. Actualmente podemos encontrar los restos de la ciudad al noreste del valle de México, en los municipios de Teotihuacan y San Martín de las Pirámides (estado de México).
Una de sus pirámides, quizá de las más famosas, es la Pirámide del Sol o Tonatiuh, la cual contaba con una característica que la diferenciaba de muchas otras, estaba orientada a Poniente.
Otra de las más conocidas es la Pirámide de la Luna o Meztl Itzaquatl, la cual se encuentra ubicada al fondo de lo que se conoce como la Avenida de los Muertos. Tiene una altura de unos 45 metros con una base casi de cuadrado perfecto: 140 x 150 metros. Además, a causa de que no se han realizado estudios o excavaciones, no se sabe a ciencia cierta si cuenta con túneles o cualquier clase de cámara funeraria o de cualquier otra índole.
A pesar de ello sí se llevaron a cabo diferentes excavaciones arqueológicas aunque debido a la falta de mantenimiento y los cuidados mínimos la zona corrió bastante peligro y estuvo a punto de ser destruida una gran parte de la excavación, todo debido a la falta de recursos económicos que pudiesen soportar los gastos requeridos por este lugar.
De este lugar tan sorprendente, llama la atención el Templo de Quetzacoatl, llamado La Ciudadela por parte de los españoles. En este lugar se pueden encontrar infinidad de referencias a este Dios, quien era representado con una figura de serpiente con plumas y diferentes motivos relacionados con el mar.
Con la llegada del siglo XVI, Hernán Cortés y sus hombres conquistaron el imperio Azteca y, asombrados por la magnificencia de las construcciones que allí vieron, preguntaron a los nativos quienes habían construido esas avenidas y edificios. La respuesta de los nativos fue más sorprendente aún; aseguraron que ellos no habían sido quienes habían levantado esas construcciones, que habían sido los Quinanatzin, una especie de dioses gigantescos que habían llegado desde el cielo en los tiempos del que ellos conocían como de Segundo Sol. Asimismo tampoco sabían cuál era el nombre real de la ciudad y decidieron llamarla Teotihuacán, que en azteca quiere decir “Ciudad donde los hombres se convierten en dioses”.
Revelaron a los españoles que tiempo antes de que ellos llegasen, la pirámide del Sol estaba recubierta de basalto negro y pintada con todos los colores del arco iris, aunque quisieron insistir en que cuando ellos llegaron, hacía muchísimos años que habían abandonado la pirámide y únicamente se usaba para la celebración de ritos religiosos.
Hoy en día, la arqueología, tal como la conocemos, data el origen de Teotihuacán y la sitúa entre los siglos I y III de nuestra era. Se estima que su máxima población rondó las 200.000 personas y su sustento provenía directamente de la actividad agrícola. La ciudad fue abandonada entre los años 650 y 750 d.C y se estima que sus pobladores fueron una mezcla de pueblos autóctonos de la zona de Mesoamérica, contando con una gran influencia Tolteca, un pueblo que contaba con una estructura guerrera y teocrática.
¿Por qué fue abandonada?
Hay muchas opiniones al respecto y se cree que el abandono tuvo su origen en los desordenes sociales y luchas internas entre diferentes facciones o familias, aunque no se han llegado a apreciar signos de violencia, lo que ha alimentado más las posibles hipótesis de por qué fue abandonada, como la leyenda que dice que escaparon porque había unos demonios que comenzaron a matar a sus habitantes, pero eso es solo una leyenda.
De los habitantes de este lugar se sabe que contaban con un amplio conocimiento sobre matemáticas y sobre la astronomía, lo que se demostró en cuanto a la construcción y la alineación de sus grandes avenidas y templos, algo que, según muchos arqueólogos e historiadores, no pudieron alcanzar debido a que eran un pueblo primitivo y carente de algo tan básico como la lectura.
Entre las muchas características que sorprenden de este lugar, destacan los resultados obtenidos por varias excavaciones realizadas en 1905. Durante un trabajo de limpieza de la base y la superficie de la pirámide del Sol, comenzaron a retirar una capa de unos cuatro metros de tierra, como si alguien hubiese querido ocultar la pirámide tras el abandono de la ciudad. Otro fue el descubrimiento realizado en el año 1906, donde se encontró una gran capa de Mica en la zona superior de la pirámide del Sol, algo tremendamente extraño porque además de ser un elemento tremendamente resistente a la electricidad y al paso de los neutrones, es usado como aislante en muchos reactores nucleares y que no se ha encontrado en ningún otro lugar arqueológico, lo que convierte a todo esto en un completo misterio.
Fuente: misteriosdelmundo
El Ingeniero Hugh Harleston Jr. realizó un análisis matemático del complejo de Teotihuacan y encontro una constante matemática que se repetía y coincidía con lo que Buckminster Fuller había denominado la "Matriz Isotrópica de Vectores". Fuller creía que esta geometría tetraédrica fractal formada por 10 tetraedros en la base, 6 en el siguiente nivel, 3 y 1 en la cúspide, eran como los planos de construcción del Universo.
